Tiene como finalidad aliviar tensiones y tonificar los músculos. Es una manutención perfecta para mantener el buen estado de las articulaciones.
El masaje sueco, al parecer, es uno de los masajes más antiguos y clásicos de la historia. Se recomienda aplicar dichos movimientos en un determinado orden, sin levantar las manos y con el mismo ritmo en sentido al corazón. Se puede empezar con deslizamientos para relajar, o con una fricción para activar la circulación.  
Se realizan los amasamientos, con el fin de tonificar y nutrir los músculos del cuerpo. La sesión se puede completar con presiones, vibraciones o cacheteos. Si el cuerpo está en buen estado, no tiene por qué sentir ninguna molestia, aunque sea aplicada con más presión.
Si te gusta lo tradicional y efectivo te encantará esta técnica.